A veces caminamos presos en el torbellino; estamos embarcados en el obrar, querer y trabajar diarios.
A veces es necesario detenerse, tomar un respiro y ver los pasos que hemos dado.
El “recogimiento» significa aquí salir de ese torbellino, detenerse. Sosegar nuestro ser, nuestras energías, nuestros deseos. Aquietamos y profundizamos cada vez más en nosotros mismo.
El recogimiento significa aquí no obrar, sino ser. Existir tranquilamente. Tener una existencia suelta, plena, liberada del espasmo del obrar y el querer.
¿A esta altura del año qué te dice El Señor hoy?