+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: “Soy Yo, no teman”.
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero ésta tocó tierra enseguida en el lugar adonde iban.
Palabra del Señor.
Reflexión
Para terminar esta segunda semana (de un total de siete) del Tiempo de Pascua, San Juan nos trae el relato de Jesús caminando sobre las aguas, relato que él ha tonado de la tradición (ver Mc 6,45-54). Seguimos en el capítulo seis del evangelio y el evangelista nos narra el quinto signo o señal (o milagro) de los siete que él nos presenta. Esta marcha sobre las aguas es un milagro de epifanía (manifestación) o revelación. La barca en el mar describe el caminar de la Iglesia a través del mundo y en medio de las dificultades cotidianas (Marcos 6,48 agrega que los discípulos remaban fatigados en contra del viento). La indicación de que ya “era de noche” indica el camino en medio de las tinieblas, por eso se recalca que Jesús no se había reunido con ellos todavía, es decir, Jesús es la Luz y por lo tanto caminar (navegar) sin Jesús es caminar en la oscuridad, en las tinieblas. Los discípulos buscaban cruzar el Mar de Galilea hacia Cafarnaúm (donde el Señor les revelará el sentido de la multiplicación de los panes y la identidad de su propia persona), pero fueron retenidos por el viento y la tempestad a 5 kilómetros de navegación, en la mitad del Lago. Sólo la presencia del Señor Jesús y la revelación de su condición divina (Yo soy, ver también Jn 8,28) disipa las tinieblas y hace posible que la barca llegue (de forma inmediata) a su destino, y es que sólo Yahvé (=Yo soy) puede caminar sobre las aguas (ver Sal 77,20).
¿Reconozco en Jesús al Señor nuestro Dios? en mi vida ¿He caminado en tinieblas, lejos del Señor? ¿Qué tinieblas acechan a la Iglesia en el día de hoy?