«El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos». (Denis Diderot).
El que es chismoso envenena, sin duda, la atmósfera moral que todos respiramos. Y esta, luego, hace imposible la normal convivencia humana en paz. El chismoso lo lía todo, y en este río revuelto intenta sacar tajada y medrar.
El chismoso es un «personaje» muy peligroso, carente de todo prestigio, pero que pone en peligro el prestigio de los demás. La insensatez es la característica más notable del chismoso. No conoce barreras y, con tal de salirse con la suya, es capaz de todo.
¿Hablar de los defectos de los demás es una práctica presente en mí?