+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: “¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!”
Y su fama se extendía por todas partes en aquella región.
Palabra del Señor.
Reflexión
Entramos en la semana veintidós del Tiempo durante el Año y, a partir de aquí y hasta la última semana de este tiempo nos acompaña el Evangelio según San Lucas; empezamos leyendo desde el capítulo 4 porque los primeros capítulos o evangelios de la infancia se leen en Navidad. Con un texto tomado y adaptado de Marcos, Lucas nos muestra que la misión de Jesús no se reduce sólo a anuncios y palabras, como pasó en Nazareth, sino que su programa evangelizador se desarrolla, en concreto, salvando a los marginados como es el caso del endemoniado que se nos presenta hoy. Notemos que al inicio (versículo 32) y al final (versículo 36) se menciona la autoridad de Jesús que consiste en el poder de su palabra para sanar íntegramente a los azotados por el mal. Con la misma autoridad con la que habla, Jesús enfrenta al demonio que posee al hombre de la sinagoga de Cafarnaúm. El evangelista nos quiere mostrar que la actividad pastoral de Jesús implica la continuación de su lucha contra el demonio, lucha que empezó en las tentaciones, narradas en los primeros capítulos. El demonio confronta a Jesús e intenta controlarlo pronunciando su nombre de Santo de Dios, ya que en la Biblia conocer y nombrar a alguien es, prácticamente, dominarlo, pero no lo logra porque Jesús tiene autoridad y efectivamente es el Santo de Dios, es decir, Él está ungido por Dios y está totalmente dedicado al Reino de Dios con una obediencia inquebrantable a su Padre Dios. Por otro lado, el demonio sabe y le dice “has venido a acabar con nosotros”, porque se esperaba, por parte del pueblo, que con la llegada de los tiempos mesiánicos habría una confrontación final de Dios contra los demonios antes de la manifestación del Día del Señor.
Para seguir la misión de Jesús hoy ¿Qué demonios debo vencer y expulsar? Jesús es el Santo de Dios completamente dedicado a su Padre y al Reino ¿Qué hago yo por el Padre y su Reino?