+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte”.
Jesús le respondió: “¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: “Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Con el texto de hoy San Mateo pone término a la sección del Reino de los Cielos en controversia y lo hace con una escena bastante curiosa, por decir lo menos. Jesús está hablando rodeado de sus discípulos cuando llega su familia preguntando por él. El Señor aprovecha esta situación para enseñar que el Reino de los Cielos no se basa en vínculos carnales o familiares, sino en vínculos que nacen de hacer juntos la Voluntad del Padre Celestial. La familia de Jesús está compuesta por sus discípulos y discípulas, que son los que lo escuchan, lo aceptan como Mesías, lo siguen y hacen la Voluntad de Dios. Sabemos que Jesús ha recibido rechazo por parte de la clase dirigente de Israel (esta generación perversa), pero no sólo de ellos sino también de personas comunes, de ciudades que no se convirtieron, incluso fue cuestionado por los discípulos de Juan Bautista, por la gente de su pueblo Nazareth y por miembros de su propia familia. Por eso el Señor quiere dejar en claro que su verdadera familia no es la carnal, sino la que está formada por los que cumplen la Voluntad del Padre, esto es, sus discípulas y discípulos. Ser parte de la familia de Jesús no se decide por vínculos carnales (madre, hermanos, etc.), vínculos tribales o nacionales, vínculos de clase social o cualquier otro condicionamiento humano. Para ser parte de la familia de Jesús hay que cumplir la Voluntad de Dios y para conocer la Voluntad de la Padre hemos de actuar conforme a la Voluntad de Jesús que consiste en que sólo Dios sea nuestra razón de pensar, de hablar, de actuar y de vivir para que así llegue a nosotros el Reino de Dios en toda su plenitud, todo lo demás no es Voluntad de Dios.
¿Creo que soy parte de la familia de Jesús? ¿En qué circunstancias me cuesta vivir la voluntad de Dios? ¿Qué significa para mí ser discípula, ser discípulo?