+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Jesús dijo:
“Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos celebrado el Quinto Domingo del Tiempo Pascual y con él iniciamos la quinta semana de este tiempo de la Resurrección de Jesús y del don del Espíritu Santo. En el día de hoy corresponde la celebración de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, esta festividad litúrgica se celebra en la Iglesia Universal el 14 de septiembre, pero en Chile se traslada a este día por la celebración tradicional de la Cruz de Mayo, fiesta religiosa que hunde sus raíces en la evangelización durante el período de la Conquista. San Juan nos trae un texto en el que se afirma que Jesús es la única fuente de conocimiento del mundo celestial, conocimiento (visión) que se le promete al creyente por la acción de Jesús (ver Jn 1,51), el que cree en el Señor tiene Vida Eterna. Para provocar y favorecer la fe, Jesús debe ser exaltado, levantado en lo alto (en la Cruz), tal como el estandarte de la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto (ver Nm 21,9) y que fue causa de conversión del pueblo de Israel a la Ley de Dios y a Dios mismo confesado como Salvador. La salvación obrada por Dios se describe como el inmenso amor de Él por nosotros, amor sin límites que lo hace entregar (a la muerte) a su Hijo Único (como Abraham entregó a su amado hijo único Isaac, ver Gn 22,2.12) para que todo el que crea en Él tenga la Vida Eterna ya que por la Cruz vino el Señor a salvar al Mundo.
¿Soy consciente del inmenso amor de Dios por cada uno de nosotros? ¿Cómo he experimentado el amor de Dios? ¿Tengo devoción a la cruz de Jesús? ¿Tengo una cruz en mi pieza?