+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús volvió a embarcarse hacia la otra orilla del lago.
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les hacía esta recomendación: “Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.
Jesús se dio cuenta y les dijo: “¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?” Ellos le respondieron: “Doce”.
“Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?”
Ellos le respondieron: “Siete”.
Entonces Jesús les dijo: “¿Todavía no comprenden?”.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el día de ayer San Marcos nos presentó la controversia sobre los signos en su primera parte, en la cual los adversarios de Jesús eran los fariseos. La frase “volvió a embarcarse hacia la otra orilla” nos prepara la segunda parte de la controversia, en la cual, los adversarios son los propios discípulos. El dato del olvido del pan (tenían sólo un pan en la barca) da pie para mostrar la incapacidad de los discípulos para comprender al Señor, Él les enseñará en el ámbito espiritual y ellos se manejarán permaneciendo en el ámbito material. Jesús les advierte a los discípulos sobre el peligro de la levadura de los fariseos y la levadura de Herodes; sabemos que la levadura simboliza algo que posee una vitalidad fuerte e interna (hace crecer la masa), pero aquí el Maestro se refiere a una influencia maligna proveniente de estos personajes y que se puede extender como una maligna infección. Pero el comentario de los discípulos, sobre que no habían traído pan, pone de manifiesto la terquedad que ellos tienen para comprender a su Maestro, igualándolos así a las gentes de fuera que no comprenden a Jesús. Las preguntas que les hace Jesús buscan hacerles caer en la cuenta de que ellos, que fueron testigos privilegiados de las dos multiplicaciones de los panes, deberían ya conocer al Señor. La frase final “¿Todavía no comprenden?” nos prepara para la segunda parte del Evangelio en la que los discípulos deberán combatir con el misterio de la cruz como la esencia de la identidad de Jesús.
¿De qué levadura o influencia maligna necesito cuidarme? ¿Qué me enseña Jesús con sus hechos y palabras? ¿He crecido en mi comprensión de la persona de Jesús?