Dejar a Dios ser Dios en mi existencia.
No tener mis entradas y salidas planeadas,
Calculadas de antemano.
Dejar a Dios ser Dios.
Abrir de par en par y abandonarme en él
Que es siempre nuevo cada día
No pretender trazarle los caminos
Ni atarlo en mis oscuros laberintos;
No querer encerrarlo en mi esquemas
Ni aprisionarlo en normas y caprichos.
Dejarme sorprender cada mañana
Y ofrecerle a mi vez en cada instante
Firmado un cheque en blanco.
Caminar en la fe aún con temores
En claridad o en sombra;
Vivir a la intemperie, peregrino,
Suspendido en el filo del presente.
Dejar que él marque el paso
Y que señale el rumbo y la distancia.
Apoyar mi existencia únicamente
En su fidelidad, piedra angular.
Soltar amarras, dejar seguridades
Para poder entrar libre y descalzo
En su misterio eterno y amoroso
Y adorar en silencio
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?