Estoy seguro de que Dios no abandona a quien, humilde y filialmente, lo invoca lleno de esperanza.
Por eso, a pesar de que algunos dicen que no puedo, incluso a pesar de mis desconfianzas, voy a seguir en la lucha.
El resultado solo puede ser bueno cuando Tú inspiras y acompañas cada gesto, cuando tu Palabra guía mi mente y fortalece mi corazón.
Ante mí, hay nuevas oportunidades para amar. Miles de seres humanos esperan que les ofrezca una palabra, una sonrisa, una mano.
¿Qué te dice el Señor al terminar este día?