La Navidad revela el proyecto que Dios se había propuesto a sí mismo. Dios quiso
comunicarse de un modo total a otro ser diferente de sí. Se dignó entregarse como
don a alguien. Dios no quiso limitarse a ser únicamente Dios. El Creador tuvo deseo
de hacerse también criatura. No juzgó oportuno comunicar únicamente su Bien, su
Verdad y su Belleza. También nos dio estas cosas. Por lo tanto, siempre que amamos
radicalmente el Bien, pensamos la Verdad y apreciamos la Belleza, estamos
apreciando, pensando y amando a Dios. Pero pretendió mucho más. Quiso quedarse:
Dios da al mismo Dios. Ahora bien, para darse, es preciso que exista alguien diferente
que pueda recibirlo. Y ese alguien, capaz de recibir a Dios, fue creado. Es el hombre.
¿A qué te invita el Señor, al finalizar este día?