La sinceridad sólo comienza
cuando se entiende
el misterio de la flaqueza humana.
Cuando se sabe
que la misericordia divina
tiene motivo para querernos
eternamente frágiles.
Cuando se acepta
la condición humilde de criatura
venida del barro
y al barro vuelta.
Ahí,
comienzan a caer las máscaras,
el palco se vuelve inútil
porque se puede, en fin,
ser flaco entre los flacos
criatura entre las criaturas.Helder Cámera.
¿Qué te dice el Señor al terminar el día?