Una tarde, el padre se encuentra a su mujer llorando ante al hijo que acaba de preparar su maleta y se dispone a abandonar la casa.
Quiere preguntarle, dialogar con él, intentar comprenderle. Pero le paralizan las respuestas glaciales. Se queda allí, destrozado sin poder reaccionar. Segundos más tarde el hijo desaparece dando un portazo… Entonces, el padre da un salto en el rellano de la escalera, corre y alcanza a su hijo. Le entrega su propia llave de la casa y le dice: “Tómala y llévala contigo, Así cuando vuelvas, no hará falta que nos llames, sólo entra, estaremos aquí”.
¿A qué te invita esta historia, al finalizar el día?