+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ése es el más grande”.
Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros”.
Pero Jesús le dijo: “No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos iniciado la semana vigésima sexta Tiempo durante el año, antes llamado Tiempo Ordinario. En el día de hoy continuamos con la lectura semicontinua del Evangelio según San Lucas. Cristo el Señor acaba de hacer el segundo anuncio de la pasión, demostrando que, a pesar de las grandes maravillas que ha realizado, su voluntad está totalmente entregada a su Padre Celestial. Por el contrario, los discípulos no sólo no entienden el anuncio del Señor, sino que se ponen a discutir sobre quién sería el más grande de entre ellos. Contrasta la actitud de Jesús que sólo busca la voluntad de su Padre y la de los discípulos que buscan gloria y honor. Jesús, demostrando su condición divina, ya que sólo Dios puede conocer los pensamientos de los hombres, confronta a sus discípulos poniendo como ejemplo a un niño; el Maestro nos quiere enseñar dos cosas con el niño ahí presente; la primera es que quien quiera ser grande tiene que hacerse humilde e insignificante como era un niño en tiempos de Jesús; la segunda es que quien quiera ser grande tiene que acoger a los humildes y pequeños, ya que quien así lo hace, recibe al mismo Señor.
¿Busco poder, honor y gloria? ¿Me reconozco pequeño (a) ante el Señor? ¿Trato con amor a los más pequeños, humildes y marginados?