El maestro estaba escuchando a un afamado economista cómo explicaba sus ideas acerca del desarrollo. El economista defendía que lo más importante era el crecimiento económico y el bienestar. Porque todo crecimiento es bueno en sí mismo.
El maestro tomó la palabra: “Si su teoría fuese cierta, habría que admitir que es lo mismo que piensa la célula cancerosa: lo único importante es crecer, sin discernir el bien o el mal que se pudiera estar haciendo”.
Raúl Berzosa
¿Qué le dices al Señor, al concluir el día?