+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que Yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia.
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes.
Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.
Palabra del Señor.
Reflexión
A partir del versículo 18 del capítulo 15 del evangelio según San Juan Jesús presenta una serie de enseñanzas dedicadas a la relación de los discípulos (o la iglesia) con el mundo; se presentan las dificultades que ellos deberán afrontar como la persecución y el rechazo, pero también las fuentes en las cuales encontrarán las fuerzas para dar testimonio, destacando de manera muy especial la función del Espíritu Santo. Parte Jesús diciendo que el mundo lo ha odiado primero a Él, por eso también odiará a los discípulos y esto pasa porque el mundo está lleno de odio y de mentiras y Jesús es sólo amor y verdad; además los discípulos han sido elegidos por Cristo, por eso, aunque están en el mundo, no pertenecen a él y por eso serán odiados; esto quiere decir que si no fueran elegidos serían del mundo y el mundo los amaría. Cabe recordar que San Juan usa el concepto de mundo en forma peyorativa (negativa) para indicar el ámbito de dominio del Maligno (el príncipe de es este mundo). Por eso la disyuntiva puede ser vivir tranquilamente siendo parte del mundo (renunciando a Jesús) o sufrir la persecución optando por Jesús y no por el mundo. En definitiva, se puede decir que los discípulos deben optar por el Mundo o por Jesús (que lo eligió), por la comodidad o por la entrega, por el bienestar o por la persecución, por la indiferencia o por el compromiso, por las riquezas o por los pobres, por la idolatría o por Dios, por “pasarla bien” o por la Felicidad.
Somos discípulos del Señor, no del mundo. Puedo darme un momento de silencio, desconectarme y cuestionarme sinceramente, con el corazón en la mano, en qué punto está mi opción por Jesús.