+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquélla de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
Enseguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”.
Palabra del Señor.
Reflexión
¡ALELUYA. CRISTO RESUCITÓ. ALELUYA!
¡ALELUYA. CRISTO RESUCITÓ. ALELUYA!
En este relato nuestra mirada se dirige al final del texto, Jesús critica la incredulidad y manda anunciar la Buena Nueva a todas las criaturas. El Evangelio de Marcos destaca el camino del discipulado, donde se entremezclan la cruz y la resurrección. Jesús toma la iniciativa y desafía la incredulidad y obstinación de los discípulos. Incredulidad que a veces también es nuestra, pero que no descorazona al Señor resucitado. Así, Marcos se refiere a la resistencia de los discípulos en creer en el testimonio de quienes han experimentado la resurrección de Jesús. ¿Por qué será? Probablemente, para que la fe en Jesús pasa por la fe en las personas que dan testimonio de él; para indicar que nadie debe desanimarse; para rebatir las críticas de los que decían que el cristiano es ingenuo y acepta sin crítica cualquier noticia.
En estos días, de distanciamiento social, queremos acoger el impulso misionero que viene de la Resurrección del Señor: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”, pues, allí donde estemos, tenemos el desafío y la oportunidad de anunciar la Buena Nueva, con gestos y palabras.
¿Con cuál de los personajes del Evangelio me identifico más? ¿qué estoy llamado a hacer para asumir auténticamente el anuncio de la Buena Noticia?