+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos:
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Palabra del Señor.
Reflexión
En tiempos de Jesús, había gente que se distinguía por su adhesión a la ley, pero convirtieron la ley en una esclavitud para el ser humano. Jesús se sentía libre para actuar según la voluntad de Dios, pero no se sentía sujeto a lo absurdo de cuantos convirtieron la ley de Dios en una injusticia para el hombre. Jesús conoce la Ley de Moisés, con la cual su pueblo fue instruido. Y su intención no es transgredirla, sino revelar su sentido más pleno y profundo. En el contexto de Jesús, muchos habían ahogado el verdadero sentido de la ley reduciéndola a la frialdad del legalismo. El Evangelio de hoy enseña como observar la ley de Dios de manera que su práctica muestre en qué consiste Reinado de Dios. La palabra del Evangelio es y debe ser la orientación y respuesta para el mundo de hoy, Jesús rescata y pone de manifiesto que esas palabras son palabras de vida.
Que hoy y cada día de nuestra vida sepamos leer y comprender la ley de Dios, con los ojos de Jesús.
Nos podemos preguntar: ¿Cómo veo y vivo la ley de Dios: cómo horizonte de libertad creciente o cómo imposición que delimita lo que soy?