Ser en tu presencia
es elegirme desde la vertiente
en la que el ser inaugura alteridades
que me niegan condescendiente y frágil.
Diluirme en el vértigo de la libertad
para volver a ser, bautizado de misericordia,
el llamado a la vida,
el perdonado, el que puede volver a intentar
iniciar los caminos
que tan solo en tu presencia
se destraban.
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?