Estás constantemente enfrentándote a elecciones. La pregunta es si eliges a Dios o tu ser perpetuamente titubeante, inseguro. Sabes cuál es la elección buena, pero tus emociones, pasiones y sentimientos te siguen manteniendo en la elección de rechazarte a ti mismo.
La elección radical es confiar siempre en que Dios está contigo y te dará lo que más necesitas. Tus emociones, las que te descentran podrán decirte: “Esto no va a funcionar. Sigo sufriendo la misma angustia que tenía hace seis meses. Probablemente recaeré en los mismos modos depresivos antiguos de actuar y reaccionar. En realidad no he cambiado”. Sabes perfectamente que esa no es la voz de Dios. El te dice: “Te amo, estoy contigo, quiero verte más cerca de mí para que experimentes el gozo y la paz de mi presencia. Quiero darte un nuevo corazón y un nuevo espíritu. Quiero que hables con mi boca, que veas con mis ojos, que oigas con mis oídos, que toques con mis manos. Todo lo mío es tuyo. Confía sencillamente en mí y deja que yo sea tu Dios”.
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?