+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos:
Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada!
Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
Palabra del Señor.
Reflexionemos
La vida es un viaje desafiante, y nunca podremos estar listos para cada uno de los eventos de nuestra vida. El evangelio de hoy nos exhorta a la vigilancia. Varias parábolas, incluyendo ésta de Lucas, nos recuerdan que la vida Cristiana, en algún nivel, es un tema de elección consciente, de estar despiertos y “alertas”. Velar no tiene nada que ver con una actitud preventiva o desconfiada, bien al contrario, consiste en la atención serena de quien se sabe en camino, de quien desconoce los tiempos y los modos, pero sabe en quién ha descansado la confianza. Esta atención sostenida cristaliza el deseo y lo anticipa. Velar conlleva estar preparados y despiertos; estar atentos a lo que pasa, para responder a las llamadas que El Señor nos hace hoy.
Al recordar hoy a San Juan Pablo II, y algunos de los mensaje que entregó en su visita a nuestro país, podemos preguntarnos ¿cómo nos encuentra hoy el Señor que viene y que nos habla cada día? ¿cómo estamos atentos y vigilantes ante su llegada?