Todo problema humano tiene sus aspectos externos y sus aspectos internos, igualmente importantes. Cuando se anuncia el desastre, cuando la vida amenaza, los hombres pueden elegir entre dos soluciones: pueden cambiar la situación (el medio exterior) o bien cambiarse ellos mismos.
Los pueblos occidentales, en los últimos siglos, han seguido casi exclusivamente el primero de estos caminos. Los asiáticos y los indios americanos comprendieron el segundo. Ninguna de estas soluciones lleva, ella sola, a una vida equilibrada para la mayoría de los hombres.
¿A qué te invita hoy el Señor?