+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”
Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: «Yo quiero misericordia y no sacrificios». Porque Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
Celebramos hoy la fiesta de San Mateo, apóstol. El Evangelio nos recuerda su vocación. El hecho de ser recaudador de impuestos (publicano), hacía que Mateo no gozara de buena fama entre sus contemporáneos. Se consideraba que los publicanos, al ser judíos que trabajaban para el Imperio romano, eran traidores a su patria y se beneficiaban con las coimas y las diferencias en el cambio. Jesús no pasa de largo frente a la mesa donde se encontraba Mateo, se detiene, le mira a los ojos y le llama: “Sígueme”, y le convierte en discípulo. En este escenario, vuelve a aparecer la actitud de los fariseos; ellos tenían claro que no había que acercarse a los pecadores, pues oficialmente eran enemigos de Dios, hacían lo contrario de lo que él pedía. Jesús, en cambio, se acerca a ellos, no les condena, les tiende su mano, les ofrece su perdón, su misericordia para ver si vuelven al buen camino. Sin embargo, cuántas veces nosotros actuamos como aquellos fariseos… emitimos un juicio sobre las personas, o nos preocupan las apariencias… cuántas veces la misericordia no es una práctica habitual en nosotros… ¡Qué bueno que El Señor no nos mira así, y nos sigue llamando desde el lugar donde nos encontramos!
Hoy, en nuestra sociedad, ¿quién es marginado y quién es excluido? ¿Por qué? En nuestra comunidad ¿tenemos ideas preconcebidas? ¿Cuáles? ¿Cuál es el desafío que las palabras de Jesús plantean a nuestra comunidad, hoy?