El anuncio de la misericordia de Dios a favor del hombre se ha manifestado en la persona de Jesús, y se expresa claro está: comunitariamente.
Este subrayado nos lo presenta constantemente san Pablo en la Carta a los efesios: todos nosotros, como un solo cuerpo, buscamos creer en todo hacia Él, hacia Jesús que es la Buena Noticia de Salvación. El mismo es quien nos hace creer en Él. Pidamos a Dios la gracia de que este único cuerpo que somos todos nosotros, se manifieste no en la división o la extravagancia de personas dispersas, sino en la presencia de Dios en nuestra Pobreza, en nuestra humildad, en el reconocimiento de nuestra incapacidad. ¡Que demos espacio a la fuerza del Señor que nos invade! Es verdad que como cuerpo de Cristo, como comunidad cristiana, somos un pequeño rebaño, un grano de mostaza, un poco de levadura en relación a la inmensa incredulidad y desconfianza que pesa sobre nosotros, pero sin embargo la fortaleza de aquello no está en nosotros, sino en lo que puede llegar a hacer brotar.
¿Qué te pide el Señor en este día?
¿Qué le dices al Señor antes de tu descanso?