+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Éste es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
En el evangelio de hoy, el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?», el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante». Dos elementos inseparables que son una sola cosa. De este modo, Jesús equipara el primer con el segundo mandamiento de la Ley. Amar a Dios es amar al prójimo. Amar a Dios es procurar que se cumpla lo que Dios quiere para sus criaturas: que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, libera a los cautivos, etc. El respeto, la estima y la bondad que derrochamos con los demás, esa es la medida del amor que le tenemos a Dios. Y esa dimensión generosa de nuestra existencia ha de ser incondicional, sin limitaciones ni fronteras, encontrando permanentemente en los demás el rostro amigable de Dios, su ser paternal. Quien acoge, escucha y abraza a un ser humano, a quien acoge, escucha y abraza es al mismo Dios. Esta es la centralidad de nuestra fe y nuestra identidad..
Desde el evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿Tenemos esa mirada contemplativa de la creación y presencia de Dios que nos obliga a procurar el bien de nuestros semejantes? En nuestra relación con los demás ¿qué actitudes reflejan nuestro amor por Dios? ¿El cuidado de la Casa Común, es una de ellas?
One thought on “Mateo 22, 34-40: Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.”
Me gusta la claridad y la interpelación que se nos realiza al final