+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Trajeron a unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”.
Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
Palabra del Señor.
Reflexiona
¿Qué puede ver Jesús en los niños para hablarnos de ellos de esta manera: “De los que son como ellos es el Reino de los cielos”? Quizás las notas más sobresalientes de los niños sean la ingenuidad y la confianza. Esa misma ingenuidad y confianza la debemos tener nosotros ante todo lo que nos dice Jesús sobre nuestro Dios. Nos asegura que no es un ser lejano y despreocupado de nosotros. Es nuestro Padre y Padre amoroso que cuida de cada uno de nosotros. Al que debemos proclamar como Rey de nuestra vida, es decir, como el que queremos que rija y dirija nuestros pasos. Estamos en buenas manos, en las manos amorosas de nuestro Padre Dios.
Preguntémonos: ¿Qué has aprendido de los niños a lo largo de tu vida? ¿Qué han aprendido los niños de ti sobre Dios y sobre la vida?