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Mateo 19,3-12: Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes; pero al principio no era así.

16 de Agosto 2019     Freddy Araya    

24-11-2018

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?”
Él respondió: “¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, ‘los hizo varón y mujer’; y que dijo: ‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne’? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.
Le replicaron: “Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?”
Él les dijo: “Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio”.
Sus discípulos le dijeron: “Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Y Él les respondió: “No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!”.
Palabra del Señor.

Reflexiona

De nuevo los fariseos ponen a prueba a Jesús, y esta vez con un tema delicado y de plena actualidad en este momento. En cuestión de poner a prueba a Jesús de Nazaret, los fariseos no dan tregua. No le preguntan sobre si el divorcio es o no lícito, admitido en general por ellos, sino si se puede romper el vínculo matrimonial por cualquier causa, por banal que fuera, o por motivo proporcionado. Pues, los fariseos en tiempo de Jesús admitían que el marido podía repudiar a la mujer en ciertos casos y dar por terminado el matrimonio. Este era entonces un derecho exclusivo del varón. El modo en que presentaron el problema estaba establecido en fórmulas y actas legales que ponen el acento en los papeles más que en las personas. Jesús contesta a las preguntas de sus contemporáneos acerca del verdadero significado del matrimonio, subrayando la indisolubilidad del mismo, pero no se queda en los estrictos términos de esta polémica, sino que va mucho más lejos y evoca el primer designio del Creador. El Señor, con sus palabras, recupera el proyecto original de Dios, donde no se habla de matrimonio sino de amor, amor que es búsqueda, salida de lo propio para construir un nosotros esponsal, anhelo de ser uno en el otro y fundirnos, soldarnos en una sola «carne». La voz de Jesús nos sigue invitando a soñar, a ilusionarnos, a volver a intentarlo, aunque el fracaso esté delante de nosotros como una posibilidad, Por que el amor entre el hombre y la mujer será siempre uno de los signos más bellos del amor con el que Dios nos ama. Hoy – al celebrar un nuevo natalicio de nuestro fundador, despierta en nosotros la alegría de sentirnos parte de la Familia Salesiana y el compromiso de seguir adelante con este Sueño de Dios.

Hoy, Señor, queremos elevar una oración especial por los esposos y por quienes han tenido que asumir el fracaso de un proyecto matrimonial. Preguntémonos: ¿Sabemos acoger la enseñanza de Jesús en lo que se refiere al matrimonio con ánimo sencillo y con recta intención?

Categories: Evangelio diario

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