+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus apóstoles:
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquél que persevere hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús ya les había anunciado a sus discípulos que su suerte no sería diferente de la del Maestro. Por eso es bueno recordar que el verdadero apóstol debe saber que la persecución y la violencia, muchas veces, son el resultado de un seguimiento sincero y coherente. No siempre serán tiempos fáciles ni circunstancias llevaderas. Habrá que afrontar cualquier dificultad que se presente, cualquier persecución, infamia o traición, incluso de los más allegados. Pero animados por la fe y la certeza de que el Espíritu se hará presente y pondrá en sus bocas las palabras y las defensas más idóneas para testimonio del Padre. Hoy resulta importante recordar que en medio de las dificultades podemos encontrar siempre al Señor, que vivió nuestras flaquezas y sufrió el rechazo social y por eso, quienes seguimos al Señor, no deberemos usar el poder que Dios para evitar “incomodidades” y sostenernos en una zona de confort.
Preguntémonos hoy: ¿Sabemos confiar en la ayuda de Dios cuando sufrimos conflictos, persecuciones y pruebas? ¿Buscamos “aprovechar” el seguimiento de Cristo para evitar dificultades?