+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que Yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.
Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, Él se los concederá. Lo que Yo les mando es que se amen los unos a los otros.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy, el Señor nos invita al amor fraterno. Jesús nos invita a amar, pero no de cualquier forma, amar como Él nos amó. Y nos dice que el verdadero amor es el que da la vida por sus amigos. Amar es dar la vida. Lo saben los esposos que, porque se aman, hacen una donación recíproca de su vida y asumen la responsabilidad de ser padres, aceptando también la abnegación y el sacrificio de su tiempo y de su ser a favor de aquellos que han de cuidar, proteger, educar y formar como personas. Lo saben los misioneros que dan su vida por el Evangelio, con un mismo espíritu cristiano de sacrificio y de abnegación. Y lo saben religiosos, sacerdotes y obispos, lo sabe todo discípulo de Jesús que se compromete con el Salvador. Pero el Señor insiste y nos invita a amar con profundidad, con radicalidad, nos invita a perder nuestra vida, a que se la entreguemos a Él sin miedo, a morir a nosotros mismos para poder amar a nuestros hermanos con el amor de Cristo, con amor sobrenatural. El Señor nos invita a llegar a un amor operante, bienhechor y concreto. Que en esta Fiesta de María Auxiliadora, ella nos ayude a amar intensamente y a ser auténticos auxiliadores, por amor a Cristo y a los hermanos.
Somos amigos y no siervos. ¿Cómo vivo esto en mi relación con las personas? ¿De qué manera trato de permanecer en el amor de Dios? ¿En qué medida mi devoción a la Virgen Auxiliadora me ayuda a amar más y mejor a los demás?
