+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Jesús dijo a la gente:
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y Yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: “Todos serán instruidos por Dios”. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo Él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero éste es el pan que desciende del cielo, para que aquél que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el Evangelio de hoy seguimos profundizando el discurso del «Pan de vida». San Juan, utiliza las expresiones: «Yo soy el pan de la vida», «Yo soy el pan vivo bajado del cielo». Con ellas, hace referencia a la revelación de Yahveh a Moisés en el Monte Sinaí. Con ello se nos quiere indicar la identidad divina de Jesús en medio de una realidad tan humana como el pan y el acto de alimentar. En Jesús Resucitado se nos revela una vida autenticamente nueva que vence la muerte. Pero este Pan Vivo no sólo nos hará vivir un día más allá de la muerte física, sino que nos es dado ahora, porque hoy mismo estamos llamados a compartir la vida. Y El Señor quiere una respuesta actual, libre y personal, a su iniciativa. Cada vez que comamos de este pan, ¡adentrémonos en el Amor mismo! para nutrirnos de él, pero principalmente para compartirlo «para la vida del mundo».
¿Descubro la presencia de Jesús en su Palabra? ¿Me alimento de ella? ¿Soy capaz de compartirla con los demás?