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Mateo 21, 33-46: Este es el heredero: vamos a matarlo.

22 de Marzo 2019     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: «Respetarán a mi hijo». Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: «Éste es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia». Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?”
Le respondieron: “Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo”.
Jesús agregó:
“¿No han leído nunca en las Escrituras: «La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: ésta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos”?
El que caiga sobre esta piedra quedará destrozado, y aquel sobre quien ella caiga será aplastado.
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos”.
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.

Reflexión

La parábola de la viña expresa el amor, la fidelidad y el cuidado de Dios hacia el pueblo elegido, y la porfiada infidelidad de este último. Dios es el que ha creado a este pueblo, lo ha liberado, le ha propuesto una alianza de amor; pese a las infidelidades no ha dejado de enviarle emisarios, los profetas, que han hablado en nombre de Dios y han exhortado a renovar la alianza. Aunque con excepciones, el pueblo y sus dirigentes, han desoído una y otra vez esas llamadas, se han revuelto contra los enviados, los han despreciado, perseguido, matado. En este relato el Señor expone el curso que tomará su vida, que no es diferente a lo que vivieron sus predecesores que fueron fieles a Dios. Así, los profetas y él mismo, comparten el desprecio y la expulsión. Sin embargo, quienes están defendiendo lugares y privilegios, no se dan cuenta de que han quedado fuera del verdadero lugar: la Viña del Señor. Lo que Jesús les dice hoy a los sumos sacerdotes y a los ancianos, nos lo dice también a nosotros. Nos invita a examinarnos del peligro de pretender hacernos dueños de la viña, de hacer de ella un coto cerrado, de ser incapaces de reconocer a los criados que Dios nos envía, los profetas de nuestro tiempo por medio de los cuales nos habla Dios.

Si Jesús hoy volviera y contara la misma parábola, ¿cómo reaccionaría yo? ¿sería del grupo de los que quieren apoderarse de la viña? 

Categories: Evangelio diario

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