+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande”. Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros”. Pero Jesús le dijo: “No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Es interesante ver cómo comenzamos el mes de Octubre, un mes misionero, con la celebración de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, quien a través de la oración esforzada y profunda, se convirtió en referente de amor y entrega por la misión evangelizadora de la Iglesia. También resulta muy interesante ver cómo Jesús abandona los discursos, y decide realizar un significativo gesto, ante el olvido de sus seguidores y la posibilidad que malinterpreten su ministerio… de que sigan en su pequeño mundo de intereses personales y crean que porque siguen al Mesías, eso los hará poderosos, los hará “ser más que los demás”. Por eso, sin margen de error, requiere que los apóstoles entiendan bien que la humildad del servicio es un rasgo esencial de la misión y el camino que propone. Y esto lo recuerda también para nosotros porque muchas veces nos parece que nuestros méritos por lo que hacemos, nuestros esfuerzos en el seguimiento del Señor, tienen que ser recompensados con algún reconocimiento… y qué nos dice: que el más pequeño es el más grande ¡cuánto no tenemos que cambiar para seguir de verdad al Señor! Que el Señor nos conceda la apertura de corazón y la disponibilidad para dirigir nuestros pasos hacia el horizonte que nos propone.
A la luz de su Palabra preguntémonos: ¿Qué es lo que mueve realmente nuestro compromiso eclesial? ¿qué pasa si no nos sentimos suficiente recompensados o reconocidos nuestros desvelos por la misión?