+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 2, 18-22
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?” Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!”
Palabra del Señor.
Reflexión
San Marcos nos sigue presentando conflictos entre Jesús y las autoridades religiosas. El evangelio de hoy habla del conflicto sobre el ayuno. Aunque la Ley exigía un día de ayuno anual, el afán de perfección de algunos los llevó a ayunar dos veces por semana. Jesús no niega el ayuno, pero no insiste en él; sólo que no cabe practicarlo cuando estamos de fiesta celebrando un “nuevo” pacto de amor, una nueva alianza entre El Señor y su pueblo. De algún modo hoy se nos recuerda la presentación de Dios como el esposo de Israel, por lo que en este escenario no tiene cabida el ayuno.
No olvidemos nunca que para un cristiano que quiere crecer en la fe las prácticas religiosas como ayunos, rezos, peregrinaciones…, tienen el único objetivo de abrirnos a la voluntad de Dios y llevarnos hasta Jesús, pues lo que nos salva es el encuentro personal con Él. Las devociones y prácticas piadosas nos han de ayudar a concentrarnos en Jesús, a dejarnos mirar por Él. Si Jesús no llena nuestro corazón de qué nos podrán servir las prácticas piadosas (aunque sean frecuentes).
Jesús, a partir de la experiencia profunda de Dios tuvo mucha libertad en relación con las normas y prácticas religiosas hoy ¿tenemos esa misma libertad o nos falta la libertad de los místicos?