+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: “¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!”
Y su fama se extendía por todas partes en aquella región.
Reflexiona
En el evangelio de hoy, vamos a ver de cerca dos asuntos: la admiración de la gente por la manera en que Jesús enseña y su combate contra el poder del mal sanando a un hombre poseído por un demonio impuro.En un primer momento no es tanto el contenido del discurso de Jesús, sino la forma de presentarlo lo que impresiona. Por otro lado Jesús sanando al hombre poseído nos muestra y enseña la liberadora experiencia de devolver la conciencia a las personas. Y lo hace por el poder de su palabra. Gestos y palabras que no dejan indiferentes.
Hoy mi modo de actuar ¿produce alguna admiración en la gente? ¿Cuál?