+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús les dijo: el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro’.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: ‘¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?’.
Pero estas les respondieron: ‘No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado’.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’,pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco’.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
Reflexiona
Jesús nos propone una parábola para indicarnos la gratuidad del Reino de los Cielos, donde destaca la alegría que implica una boda. Pero nos señala que hemos de estar preparados de forma realista y equilibrada. Puede suceder que en el quehacer del día a día podamos no percibir la grandeza de la acción salvífica de Dios y en cierto modo no estemos atentos a su poder. ¿Actúo sensatamente percibiendo la presencia del Señor en mi vida?