+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”.
Pero Él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa “prefiero la misericordia al sacrificio”, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado”.
Reflexiona
Los fariseos contraponen la ley a la persona. Jesús coloca en el lugar justo a la ley, la que está en función del hombre y no al revés. El Señor nos invita siempre a discernir, colocando en primer lugar a la persona; ella es quién tiene la prioridad en todo y no un precepto o institución. El Reino de Dios nos indica a través de la predicación y ejemplo de Jesús que el centro es para la persona. Preguntémonos… ¿antepongo a las personas por sobre consideraciones personales, prejuicios o instituciones?