+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: «Señor, si quieres, puedes purificarme.» Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado.» Y al instante quedó purificado de su lepra.
Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero ve a presentarse al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio».
Reflexiona
• El leproso en tiempos de Jesús era una persona despreciada pues se consideraba que no tenía la bendición de Dios. La persona que se acerca a Jesús, deja de lado esa concepción y con humildad le pide que “si quiere” pueda purificarlo. El leproso nos enseña que para acercarnos al Señor tenemos que dejar nuestro orgullo, reconociendo nuestra fragilidad, de esa manera, la gracia de Dios podrá actuar con toda su fuerza. ¿Quieres dejar que actúe en tu vida el Señor?