+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
En esa oportunidad, Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana».
Reflexiona
• Celebramos hoy al Sagrado Corazón de Jesús. El Señor nos indica que su corazón es de mansedumbre y humildad. Es resaltar la misericordia de Dios. Esto en nuestro tiempo es una contrariedad. Nadie pretende ser hoy manso y humilde y más aún revelarse a los pequeños, pobres y sencillos. Alabamos al Padre pues manifiesta a los humildes, en ellos se hace presente el Reino de Dios. Sonriamos en este día por el amor predilecto de Dios a los pequeños. ¿Qué hago para aliviar las cargas de los pobres? Feliz fiesta del Sagrado Corazón.
