+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello.»
Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?».
Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado.»
Reflexiona
A lo largo de la historia y en todas las religiones no han sido pocos quienes se han vinculado a ellas a fin de ocupar puestos de poder, para ser vistos por los demás, o para saciar necesidades básicas, sin que el encuentro con Dios sea lo central. Es la queja que hace Jesús, ya que lo buscan por el pan que les dio, en vez de haber descubierto en ese gesto un signo de que el Reino de Dos ya está aquí.
Y tú, ¿por qué dices ser cristiano?