+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en Él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: “¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en Él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación”.
Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: “Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?”.
No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.
A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso Él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos.
Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: “¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?” Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde Él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.
REFLEXIONA
De la mirada miope ante el gran valor de una persona, no hay más que un paso a los abusos más inhumanos. ¿Nos vamos a admirar de los horrores que han cometido tiranos y dictadores a lo largo de la historia? Ya Caifás fue claro en este tipo de razonamiento: “¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?”. Revela con este comentario una simple lógica sobre las proporciones. pero esto sería cierto si un ser humano fuese sólo un “algo” material, donde “uno” es menos que “muchos”. Simple, ¿no? Pero ante la dignidad de una persona, esas cuentas no sirven. Si no vemos el valor trascendente de toda persona, nada impide someterlo, humillarlo, eliminarlo. “A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús”. ¿Raro? No.