¡Cuando seré sólo silencio
en tu abismo de mar hondo,
como una esponja
de poros infinitos;
¡Cuándo seré fiel quietud,
como la palma esperando en la llanura
que el sol amanezca
para ser iluminada!
¡Cuándo seré pura atención, como los ojos virginales de toda la infancia de la tierra acogiendo sin trampa ni sospecha!
¡Cuando seré libertad ágil, como la brisa en que tú pasas llevando la semilla y la caricia y el soplo discreto de la vida!
¡Cuándo seré muerte plena,
como el fuego regalado en la noche
con toda mi verdad resucitada
en medio de un pueblo que celebra!
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