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Cielos nuevos y tierras nuevas

24 de Noviembre 2016     soporte    

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Lee atentamente,

El Crucificado ha provocado el que podamos vislumbrar “un cielo nuevo y una tierra nueva en donde no habrá llanto ni dolor” (Ap. 21,1-4), pero ese vislumbrar lo nuevo no es una “visión beatífica” es reconciliarse con un mundo que sigue gimiendo en dolores de parto. La Cruz es posibilidad de vivir en la verdad que es el único camino de libertad. La libertad cristiana no es un bello sentimiento interior apacible, la libertad es un don al que nos abrimos en la Cruz de Cristo porque nos adentramos en la “comunidad compasiva del llanto”, y nos ponemos en disposición de quebrantar nuestras convicciones ideológicas y antropológicas que impiden que aflore nuestra verdad de criaturas heridas y vulnerables: “Dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas y pena interna de tanta pena que el Señor pasó por mí”.

Ora en silencio.

“Bendice alma mía al Señor y no olvides sus amores
el perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades
el rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura” (Sal 102).

Categories: Buenas Noches

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