Los judíos se sorprendían al contemplar el Templo y verlo en toda su majestuosidad. Los discípulos no han comprendido las palabras y acciones proféticas de Jesús en torno al Templo. El Maestro señala que “no quedará piedra sobre piedra”. Lo que el Señor quiere recalcar es que frente a las dificultades de la vida, la última palabra la tiene Dios. ¿Tengo puesta mi esperanza en Dios o me dejo arrastrar por los problemas?
Reflexionamos
Algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas. Entonces Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.
Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”
Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: «Soy yo», y también: «El tiempo está cerca». No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen, es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.