Lee atentamente.
Se suele pensar que cargar la cruz de Cristo se reduce a una aceptación pasiva de todo tipo de dolor y sufrimiento. La cruz de Cristo parece ser así símbolo de conformismo y resignación, pero no es así.
– Aceptar la cruz de Cristo lleva a esforzarse seriamente en participar en la construcción de un mundo en el que sea más fácil vivir una auténtica fraternidad. Esto implica la denuncia de estructuras que engendran odio, división y ateísmo. E implica también el anuncio y la realización de la justicia, la solidaridad y el amor: en la familia, en la enseñanza, en el sistema económico, en las relaciones políticas…
Aceptar la cruz proveniente de esta lucha, y cargar con ella, lo mismo que lo hizo Jesús, forma parte integral de la espiritualidad cristiana.
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?