+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!»
Reflexionamos
En el deseo de entrar por la puerta estrecha del Reino, hay una pedagogía de un paulatino o creciente ejercicio de actitudes humildes. Es la razón de estas recomendaciones tan prácticas, podría decirse. Antes que descubras que ser generoso es camino de crecimiento, primero puedes aprender a ver el bien que trae el ser generoso con los demás. Puede que debas partir por ver el premio que te dará el Señor por ser bueno. Más adelante, como decía santa Teresa de Ávila, ya no harás el bien principalmente por el Cielo que te han prometido: lo harás porque es el modo natural de existir. Para eso, puedes comenzar a practicar hoy, ¿o no?