Lee atentamente: en el corazón de Dios.
Acércate hoy al finalizar el día, al corazón mismo de Dios. Trata de mirarlo todo como lo ve Dios, con la mirada de Dios, con el amor del Padre que se conmueve, con el amor con que lo contempla Dios. De tal manera que comprendamos mejor las necesidades de las personas tal como Dios las comprende, y así nos ofrezcamos a participar en el designio divino de la salvación del mundo.
¿Qué veo al mirar el mundo? Mi mundo más cercano y particular, el mundo más amplio de mi ciudad, mi país,…¡Hay tanta necesidad!
¿Por qué podría dar gracias hoy al finalizar mi día?
¿Qué me dice el Señor a través de estas experiencias que he vivido?
-Ora un momento en silencio.