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Lucas 12, 39-48

19 de Octubre 2016     soporte    

Jesus st sunset

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: «Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada.»
Pedro preguntó entonces: «Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?»
El Señor le dijo: «¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: «Mi señor tardará en llegar», y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente.
Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.»

Reflexionamos

De improviso, sin saber cómo ni cuándo. Así se imaginaban las primeras comunidades cristianas que vendría Jesús Resucitado, glorioso entre sus ángeles, a decidir la suerte del mundo y sus naciones. Pero el mundo, sobre todo los últimos siglos, ha privilegiado otra mirada a la existencia, más práctica, más razonable, menos ingenua, dicen. Pero al igual que antaño, hoy las personas desconocen cuándo un ataque cardíaco, una subida de presión, un derrame cerebral, un choque, etc., corta el hilo de sus proyectos y sueños. Ya sea Presidente de un país, de una organización multinacional o un empleado de una pequeña empresa, no importa su edad, preferencia política o nivel socioeconómico, a todos por igual llega la hora de pasar de este mundo a otro tipo de existencia. Y es en ese instante, afirma la fe cristiana católica, que a cada persona se le da la oportunidad de encontrarse con el Señor, quien hará una pregunta básica que no se podrá rehuir y a la que no se podrá mentir: “¿Amaste?”. Por eso, las palabras de Jesús siguen siendo plenamente vigentes. De improviso, sin saber cómo ni cuándo, nos encontraremos con el Señor Resucitado. Con lo que haces en tu vida diaria, ¿estás preparando tu respuesta?

Categories: Evangelio diario

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