+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”.
Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?” Y trataba de verlo.
Reflexionamos
Como la luz, el bien es difusivo, es decir, tiende a expandirse, a influir, a abrirse camino, pero suavemente. Similar a lo comentado hace unos días acerca de la importancia de no guardarse los dones, aquí vemos que el bien realizado por Jesús llamó la atención incluso de alguien tan egoísta como Herodes. La luz de las actitudes de Jesús fue percibida por cuantos tenían ojos para ver. Cosa aparte es seguirla o no. Lo dramático es, como dice Juan en su Evangelio, que Jesús, como Luz del mundo, vino a los suyos, pero no lo recibieron (ver Jn 1, 11). Y tú, ¿sigues a Jesús? ¿Les iluminas la vida a otros con tu luz?