Descripción
Nuestra Constituciones nos recuerdan permanentemente que la Primacía de Dios es lo que motiva nuestra opción por la Vida Religiosa: “Por nuestra adhesión plena a Dios, amado sobre todas las cosas, nos comprometemos a llevar una forma de vida íntegramente fundada en los valores del Evangelio” (Const. 60), y en el art. 2, recalcan que “nos proponemos realizar, en una forma específica de vida religiosa, el proyecto apostólico del Fundador: ser en la Iglesia signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres”.
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