Estamos siempre aspirando a un fin, y luego a otro, y así sucesivamente, sin parar. Tendemos siempre hacia algo que aún no existe. Realizamos cosas, y las arrojamos a nuestra espalda. Vivimos rápidamente los acontecimientos, que desaparecen es seguida. De este modo vivimos resbalando siempre entre lo que ya no es y lo que todavía no es.
El recogimiento significa aquí crear un a presencia. Ser dueños de nosotros, estar presentes a nosotros mismos. Realizar el “ahora”, en la medida en que podemos hacerlo, a pesar de nuestra caducidad; realizarlo al menos en la intención, en la orientación de nuestra actitud; vivir el tranquilo ahora. Eso es recogimiento.
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?