+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos en la semana 28 del Tiempo durante el Año. En el día de hoy el Evangelio según San Lucas nos introduce en el discurso de denuncia en contra de los fariseos y de los legistas. La escena comienza en la casa de un fariseo donde Jesús fue invitado (como en varias otras ocasiones). Las palabras del Señor serán provocadas por la crítica que le hace el sorprendido fariseo, con el pensamiento, porque Jesús no realiza las abluciones que estaban prescritas en la práctica religiosa judía. Jesús desenmascara la actitud hipócrita de los fariseos que siempre están preocupados sólo por cosas externas, ya que para el Señor lo que importa es la pureza interior. Jesús compara al ser humano con una copa que debe estar limpia por dentro y por fuera y según la enseñanza del Maestro la copa sólo estará limpia por dentro cuando se tiene compasión por los necesitados. El tema de la limosna es especialmente sensible dado la apetencia conocida de los fariseos por el dinero; por lo tanto, la exhortación del versículo 41 toma toda su fuerza, ya que es una invitación a los que tienen dinero (los fariseos) para que encuentren la verdadera pureza haciendo limosna (imitando la misericordia de Dios) para con los pobres. En los versículos siguientes de este discurso contra los fariseos y los escribas de los fariseos o doctores de la Ley (Lc 11,42-46) Jesús les enrostrará su hipocresía y vanidad en su forma de vivir la religión. A los fariseos los acusará de exagerar en el pago de los diezmos aún de las cosas más insignificantes, como la menta y la ruda (que no era obligación), pero descuidando lo más importante: la justicia y el amor de Dios; o sea una religión de apariencias legales, pero muerta en el corazón.
¿Busco la pureza verdadera o vivo de apariencias? ¿Cómo es mi relación con el dinero y con los bienes materiales? ¿Soy generoso con lo tengo, especialmente con los pobres?